La Confesión de Fe de Genadio Escolarios

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Esta Confesión de Fe es una de las más importantes en la cristiandad ortodoxa del siglo XV, y cuyos vestigios aún perduran. Fue redactada en griego por el obispo Genadios, discípulo de San Marcos de Éfeso que luego se convertiría en Patriarca Ecuménico, bajo órdenes del Sultán Mehmed el Conquistador, quien deseaba conocer la fe cristiana ortodoxa. Fue titulada como «La Homilía de la Verdadera Fe de los Cristianos», y en ella se exponen 12 puntos de la fe ortodoxa a una audiencia musulmana. Fue luego traducida al turco para el uso personal del Sultán.

Para el lector actual, este escrito puede ser bastante complicado de comprender, especialmente por el uso de un lenguaje aristotélico bastante marcado. Como traductor, intenté hacer lo posible para que se pudiera entender a una audiencia más amplia, pero algunos conceptos son difíciles de traducir o parafrasear, así que dejé la esencia del escrito al descubierto.

Espero que esta Confesión de Fe sirva para la iluminación de todos los cristianos ortodoxos en América Latina que buscan aprender acerca de su fe.

LA HOMILÍA DE LA VERDADERA FE DE LOS CRISTIANOS ORTODOXOS

La confesión del sapientísimo y honradísimo Genadio Escolarios, Arzobispo de Constantinopla, Nueva Roma y Patriarca Ecuménico, sobre la correcta e irreprochable fe de los cristianos a los Hagarenos cuando fue preguntado por el Amir Sultán Mehmed sobre lo que creían los cristianos. Él respondió lo siguiente:

  1. Creemos que hay un Dios que creó todo lo que existe ex nihilo[1]. Que Él no es un cuerpo, ni tiene cuerpo, sino que existe sólo como Espíritu. Él es una Mente excelente, perfecta y llena de sabiduría. Es simple, sin principio ni fin. Puede encontrarse en el mundo, así como por encima del mundo. No se encuentra en un lugar concreto, sino que se encuentra en todas partes. Estas son las propiedades de Dios, que lo separan de Su creación y de otras cosas similares. Es sabio, bueno, verdadero. Él es la misma verdad. Y cualesquiera que sean las cualidades que tienen sus criaturas por separado, Él las tiene todas en un grado superior. Sus criaturas tienen estas perfecciones, porque Él mismo se las dio. Pues, como Él es bueno, sus criaturas también son buenas, como Él es sabio, sus criaturas también son sabias, como Él es verdadero, ellas también son verdaderas, y lo mismo ocurre con las demás virtudes. Sin embargo, mientras Dios las tiene para sí mismo, ellas las tienen porque participan de Él.
  2. Creemos que hay en el Dios único tres propiedades, que son los principios y las fuentes de todas sus otras propiedades. Con estas tres propiedades, Dios vive eternamente en Sí mismo antes de crear el mundo. Asimismo, con estas tres propiedades creó el mundo y con ellas lo gobierna. Y a estas tres propiedades las llamamos hipóstasis. Y como estas propiedades no separan la única y simple esencia de Dios, entonces Dios con estas tres propiedades es un solo Dios y no tres dioses.
  3. Creemos que de la naturaleza de Dios surgieron el Verbo y el Espíritu, como del fuego surgen la luz y el calor. Y al igual que el fuego, aunque no tenga nada que iluminar y calentar, sigue teniendo luz y calor permanentes y emite luz y calor, así también antes de la creación del mundo existían el Verbo y el Espíritu como energías propias de Dios, porque Dios es Mente, como hemos dicho. Y estos tres: Mente, Verbo y Espíritu son un solo Dios, al igual que en la única alma humana existen la mente, la palabra racional y la voluntad racional; y, sin embargo, estas tres son esencialmente un alma. También llamamos al Verbo de Dios como «la sabiduría de Dios» y «el poder de Dios» al igual que lo denominamos como su Hijo, porque nació de la naturaleza de Dios, así como lo que nace de la naturaleza del hombre se le denomina «hijo del hombre», así como también los pensamientos del hombre nacen de su alma. También llamamos al Espíritu de Dios como «la voluntad de Dios» y «el amor de Dios». A la Mente de Dios la llamamos Padre, porque es inengendrado y sin causa, mientras que Él es la causa del Hijo y del Espíritu. Por lo tanto, Dios no sólo percibe Su creación, sino que se percibe y se conoce a sí mismo, por lo que tiene razón y sabiduría a través de las cuales se percibe eternamente a sí mismo. Del mismo modo, Dios no sólo quiere amar a Sus criaturas, sino que aún más quiere amarse a a Sí mismo, por lo que eternamente salen de Dios Su Palabra y Su Espíritu y existen en Él eternamente; y estos dos con Dios son un solo Dios.
  4. Creemos que Dios, con la cooperación del Verbo (que es Su sabiduría y Poder) creó el mundo, y con Su Espíritu (que es su Buena voluntad y Amor) provee y gobierna toda la naturaleza de este mundo hacia el bien, según el orden de la creación. Y por eso creemos que, cuando Dios quiso sólo por Su misericordia que la humanidad volviera de los errores de los demonios y de la idolatría (porque fuera del pequeño país en el que vivían los judíos en donde adoraban y creían en que Dios les dio la Ley de Moisés, todo el mundo habitado mundo habitado veneraba a las criaturas de Dios y no a Dios, creían en muchos dioses inexistentes en lugar de creer en el único y verdadero, y la gente vivía según sus propios deseos y no de acuerdo con alguna Ley de Dios), Dios llevó a cabo la regeneración del hombre por medio de Su Verbo y de Su Espíritu Santo. Para ello, el Verbo de Dios se vistió de la naturaleza humana para que, como hombre, pudiera hablar a los hombres, pero como Verbo y Sabiduría de Dios, pudiera enseñar a los hombres a creer en el Dios único y verdadero como también a comportarse según la ley que Él dio. Asimismo, como hombre dio un ejemplo de sus enseñanzas a través de su conducta, pues fue el primero en cumplir la ley que dio a los hombres. Sin embargo, como Verbo y Poder de Dios, pudo realizar el bien universal como Él quería, pues habría sido imposible con el poder de un solo hombre devolver todo el universo a Dios. Y así, por medio de Su Verbo, el Dios Todopoderoso e invisible sembró la semilla de la verdad en Jerusalén, y por medio de Su Espíritu iluminó y fortaleció a sus Apóstoles para que sembraran la semilla de esta verdad en todo el mundo, y despreciaran la muerte por el amor a esta verdad que enseñaban; por el amor a Dios, que los envió, y por amor a la salvación del mundo según el ejemplo de Jesús, quien murió voluntariamente según su naturaleza humana por la salvación del mundo. Así, creemos en el único Dios en Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, como nos enseñó nuestro Señor Jesús. Y como Él dice la verdad y es la verdad misma, creemos que esta también es la verdad. Y sus discípulos nos lo enseñaron ampliamente. También lo entendemos por el Poder de la Sabiduría.
  5. Creemos que el Verbo de Dios y la forma de hombre asumida por Él es Cristo, y la vida de Cristo físicamente fue la vida de un hombre santísimo, mientras que el poder de su sabiduría y sus obras fue el poder de Dios. Creemos que, al igual que el alma y el cuerpo de un hombre consisten en un solo hombre, también el Verbo de Dios, por un lado, y el alma y el cuerpo del hijo de Santa María, por otro, consisten en una sola persona: Cristo. Pero así como el alma y el cuerpo son dos naturalezas completamente separadas en el hombre, así también en Cristo las dos naturalezas, la humana y la divina, están completamente separadas.
  6. Creemos además que ni el Verbo de Dios cambió en el cuerpo o en el alma de Cristo, ni que el cuerpo de Cristo o su alma se convirtieron en el Verbo de Dios, sino que en la persona de Cristo, el Verbo de Dios siempre fue y es verdaderamente el Verbo de Dios, y que su naturaleza humana fue verdaderamente una naturaleza humana. También creemos que Cristo, como hombre, no recibió la divinidad sino que la divinidad del Verbo de Dios recibió la naturaleza humana y creó este maravilloso acontecimiento.
    Todo lo que está en Dios y viene de Dios por naturaleza es Dios, porque no hay nada en Dios que no pertenezca a su naturaleza. Y por eso al Verbo eterno de Dios lo llamamos Dios y creemos que es Dios. Y como Él forma parte de la entidad de Cristo, nosotros confesamos que Cristo es Dios y hombre. Hombre según el alma y según el cuerpo, Dios porque en Su entidad existe el Verbo de Dios.
  7. Creemos que el Verbo de Dios estaba presente en Cristo tanto en el mundo como en el Cielo como también en la presencia de Dios Padre ya que el Verbo de Dios es infinito, y como infinito es Dios que lo engendra, es decir, que tiene entendimiento y poder infinitos. Pero Él estaba en la presencia del Padre de una manera, y de otra en la entidad de Cristo, y de otra en el mundo.
  8. Creemos que cuando Dios imparte Su bondad y gracia a una determinada criatura, Él mismo no es perjudicado en absoluto, sino que es glorificado porque por la virtud de la criatura se revela la gloria de Dios. Y cuanto más se mejora la criatura con la transmisión creciente del amor, más se revela la bondad de Dios y Su amor hacia la humanidad. Por eso la bondad de Dios y Su amor hacia la humanidad se hizo mucho mayor cuando el Verbo de Dios y Dios vino con todo Su poder en la persona de Jesús, más que cuando envió a Sus Profetas una parte de Su gracia, mientras que a algunos Profetas les envió menos y a otros más.
  9. Creemos que Nuestro Señor Jesucristo fue crucificado y murió voluntariamente por muchas e importantes razones que nos benefician y que necesitan muchas explicaciones. Y todo esto lo sufrió como hombre, porque el Verbo de Dios no puede ser crucificado, ni morir, ni resucitar, sino que resucita a los muertos, como resucitó el cuerpo que recibió.
  10. Creemos que Cristo, después de su resurrección, ascendió a los cielos y volverá de forma gloriosa a juzgar al mundo.
  11. Creemos que las almas de las personas son inmortales, que los cuerpos de los santos resucitarán imperecederos, sin pasiones, brillantes, ligeros, sin necesidad de comida ni de bebida, ni de ropa ni de otros placeres físicos, y que las almas de los que vivieron según el Evangelio irán al Paraíso mientras que los impenitentes y malvados irán al Infierno. Y el verdadero disfrute de los santos y justos será en el Cielo (por eso se llama Paraíso), mientras que el infierno de los malvados será en la tierra. Este disfrute de los santos no será otra cosa que estas almas serán perfeccionadas en el conocimiento para que puedan percibir los misterios de Dios, que ahora sólo conocemos por la fe.
  12. Pero, ¿por qué era necesario que el Verbo de Dios y Dios se encarnara? Se necesitan muchas palabras para explicarlo y cuando sea necesario estamos dispuestos a hacerlo, aunque ya lo hemos hecho parcialmente. Además de lo que hemos dicho hasta ahora, la verdad de nuestra fe explica estas siete cosas:

En primer lugar, que los Profetas del Antiguo Testamento, que también aceptamos, se refieren en sus profecías a Jesús y a todo lo que hizo y a lo que le sucedió, e incluso a todo lo que Sus Discípulos hicieron con Su poder. Los Oráculos de los antiguos griegos también profetizaron sobre Él, por delegación de Dios, así como los astrónomos de los persas y de los antiguos griegos. Todas estas profecías expresan un gran respeto por Jesús. Y que estas profecías son auténticas, podemos demostrarlo.

Segundo, que los libros de la Sagrada Escritura que contienen nuestra fe concuerdan entre sí en todas las cosas, porque quienes los escribieron tenían el mismo maestro, es decir, la gracia de Dios, porque de lo contrario habrían discrepado en algo.

Tercero, que esta fe, aunque era nueva y extraña, fue aceptada por la gente en todas partes y rápidamente, aunque se enfrentaron a muchos peligros. Y fue aceptada no sólo por la gente sencilla, sino también por los educados y los sabios. Esta es la razón por la que el engaño de los griegos terminó por completo.

En cuarto lugar, que esta fe no contiene nada que no sea factible, ni coherente con la realidad humana, y que nada de ella se basa en cosas materiales sino que todo tiene un carácter espiritual. Esta fe es el camino que conduce las almas de las personas hacia el amor de Dios y hacia la futura vida eterna.

Quinto, que los que aceptaron esta fe y vivieron virtuosamente según los mandatos de Jesús, recibieron de Dios grandes dones e hicieron muchos milagros invocando el nombre de Jesús, lo que no ocurriría si esta fe no fuera verdadera.

Sexto, que a lo que dicen algunos contra esta fe podemos responder muy fácilmente y con argumentos lógicos.

Séptimo, que esta fe fue combatida con muchas torturas y asesinatos por los emperadores y gobernantes de entonces en todo el mundo durante 318 años y, mientras fueron paganos y creyeron en muchos dioses, no lograron prevalecer, pero esta fe prevaleció en el mundo y permanece hasta ahora y cuando el Señor venga la encontrará. Y si esta fe no fuera la voluntad de Dios, se habría disuelto muy fácilmente. A Dios sea la gloria. Amén.

NOTAS:

[1] De la nada.

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El diario de San Nicolás Cabasilas

Este blog está dedicado a exponer información histórica y doctrinal de la Iglesia Ortodoxa como también de todos sus santos.